28/10/13



EL APUNTE
Personalidad, fe y pegada en un derbi de revancha, presiones y depresiones
XAVIER RUBERT 28/10/2013
Al final saltó de alegría el Madrigal y la grada cerró la vieja herida de hace dos temporadas, pues en la calle no se hablaba de otra cosa en los días previos al encuentro entre el Villarreal y el Valencia.
Satisfacción plena para una afición y para un equipo que ayer demostró personalidad en su juego. Puso intensidad, con un Bruno Soriano omnipresente, cuando mandó en la primera media hora y solidaridad en defensa cuando bajó prestaciones y no tuvo la pelota. Hasta artistas como Manu Trigueros colaboraron.
Y además apareció la fe de Marcelino en su plantilla. Las sorpresas de Hernán Pérez y Uche en la alineación fueron claves (quizá eran las bazas ocultas). Dos jugadores difíciles de entender, de catalogar, pero determinantes para decantar un derbi con tintes de prueba de fuego.
Pero en el fútbol se gana con goles. El Villarreal sacó su pegada en momentos claves y con un protagonista. Giovani dos Santos, por el que se dice suspiró el Valencia, sirvió uno y marcó dos. El último, el cuarto, para pellizcarse y verlo las veces que se quiera.

El Villarreal ganó un derbi autonómico de presiones y depresiones. De presión amarilla: se sacó la angustia de un descenso que se encaminó hace dos temporadas en Mestalla y actualmente hasta atosiga a todo un Real Madrid. La depresión y las dudas esta vez son para el Valencia. “Un palo duro”, Djukic dixit. H




   Enllaç : Artícle publicat a El Periódico Mediterráneo

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