El Villarreal tropezó con el fantasma
de la falta de acierto en Halloween
XAVI RUBERT 01/11/2013
En el minuto 88 el Madrigal gritaba sí se puede. Marcelino estaba tranquilo; todo lo contrario que Luis García. El equipo amarillo, merecedor del empate, transmitió esfuerzo, juego y confianza a su afición hasta el final. El técnico del Villarreal sabía que no podía pedir más a los diez jugadores que afrontaron casi todo el partido. En la noche de Halloween el Villarreal tropezó con la mala suerte y con el fantasma de la falta de acierto para mantenerse invicto en casa. El fútbol fue muy injusto, pero el Villarreal regaló un gol y diez minutos de despiste. Demasiado, porque en Primera División cualquier rival te devuelve a la realidad del objetivo de la permanencia, que no debe restar ilusión y confianza. Por cierto, el de ayer era un partido con tintes Champions. Lástima que el árbitro no fuera de ese nivel. H
Artícle publicat a El Periódico Mediterráneo, el 01/11/2013
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